miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿VIVIMOS UNA REALIDAD O UN SUEÑO?

Varias veces me ha ocurrido que parte de la que yo considero realidad, ya la había vivido antes, es decir, sueños que he tenido y que yo pensaba que habían sucedido en mi realidad. Pero, ¿Cómo estamos tan seguros de vivir una realidad y no un sueño?

En mi opinión, es difícil asegurarnos de que lo que estoy escribiendo ahora mismo, y que lo que estéis viendo ahora mismo forme parte de la realidad porque, ¿Qué es la realidad? “Se denomina realidad al conjunto de las cosas existentes, como así también a las relaciones que estas mantienen entre sí” El tratamiento de este tema se relaciona con la capacidad de conocimiento de lo existente, de meditaciones metafísicas, ya que si no conocemos la realidad, no conocemos lo que existe y viceversa. Después de todos los análisis que hizo René Descartes, como por ejemplo, que existen dos modos de conocimiento: por intuición y deducción. Descartes afirmó que la deducción era una sucesión de intuiciones de naturaleza simple y otras. Finalmente, Descartes llegó a la primera verdad, Cogito, ergo sum, más conocido como, Pienso, luego existo.

René Descartes

Suponiendo que la realidad que vivimos existiera, ¿Cómo la distinguimos de un sueño? Muchos filósofos afirmaron que por la percepción de los sentidos, distinguimos algo real de algo imaginario. Un ejemplo que se muestra en el vídeo de abajo, es como en una enfermedad como es la esquizofrenia, los seres imaginarios que ve Jones (el protagonista) no envejecen, que es por lo que él posteriormente se percata de que no son reales, sino producto de su imaginación. Pero anteriormente, Jones no los distinguía como seres imaginarios, es más, incluso llegaba a acariciarlos, es decir, su realidad la había construido él.


Mi conclusión, es que teniendo en cuenta que exista una realidad general en la que vivimos todos, también pueden existir realidades en las que creemos nosotros, pero esas realidades que creemos ¿Siguen siendo realidades? Tras esta reflexión y esta última pregunta pienso que somos capaces de distinguir entre una realidad de un sueño por la percepción de los sentidos, pero todo se encuentra en nuestro subconsciente.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Por qué en algunos momentos no podemos evitar ser responsables?

Es verdad que en la pre-adolescencia y cuando somos más pequeños, esto es algo que pasa totalmente desapercibido. Pero, ¿Por qué no podemos evitar ser responsables en algunos momentos? Pienso que la clave de la respuesta está en la pregunta; me refiero al matiz en algunos momentos. Esos momentos que hacen que seamos responsables no se dan en la infancia, pero se empiezan a notar en la pre-adolescencia incluso un poco antes.
En muchas ocasiones, cuando tenemos una obligación que, finalmente, no cumplimos, nos sentimos inquietos por no haberla hecho. Eso puede aumentar y llevarnos a un estado de preocupación mayor y finalmente al arrepentimiento. Este último estado sucede cuando la obligación no se hace y todo ello conlleva consecuencias.
Bien es verdad que cuando crecemos y nos independizamos nuestro grado de responsabilidad va en aumento. Por ejemplo, cuando se empieza a llevar la administración de una casa. Por otra parte, que existe gente que piensa que los niños no tienen realmente responsabilidades. En la primera etapa de la infancia no las tienen, pero cuando van creciendo sí. Muchos adultos no se dan cuenta, pero en esos años se comienza a observar qué niños hacen sus deberes y cuáles no, por ejemplo. 
 Muchos de aquellos momentos que nos impiden ser responsables pienso que tienen relación con nuestro futuro, ya que un acto de irresponsabilidad podría cambiar nuestro futuro por completo. Un ejemplo claro, es en la etapa que estamos viviendo los adolescentes actualmente, de nosotros mismos depende que estudiemos o no y también de nosotros depende que el día de mañana podamos ser trabajadores dignos con unas cuentas de casa que administrar.
En conclusión, pienso que todos deberíamos ser responsables con lo mínimo que tenemos ahora, ya que la responsabilidad va en aumento.

lunes, 21 de noviembre de 2011

¿POR QUÉ MENTIMOS?

Alguna vez me ha sucedido que hablando con una persona he percibido que lo que me estaba contando no era cierto. Notaba cómo las manos las movía continuamente, no me miraba a los ojos, la voz se le quebraba y en muchas ocasiones titubeaba o simplemente no sabía bien qué decir. Es un claro ejemplo de que alguien nos está contando algo que no es cierto o, dicho de otra manera, nos está mintiendo.
Pero frente a esto yo me pregunto ¿Por qué mentimos? Pienso que muchas veces utilizamos la mentira para intentar resolver algo que hemos hecho mal y que no reconocemos por, independientemente, distintas razones, o sea que somos conscientes de nuestros actos. También creo que simplemente para sentirnos mejor o superiores que el resto. Respecto a eso, en mi opinión, no tiene ningún sentido ya que tanto si mentimos o no seguiremos siendo lo que somos a no ser que tratemos de cambiar.
Otro razón que se me ocurre, es para no hacer daño a otras personas, pero ante esto me vuelvo a hacer otra pregunta y es que ¿Por qué deberíamos hacer daño a otras personas? ¿Es que las hemos mentido o engañado anteriormente para ahora decirles la verdad y hacerles sufrir? Un ejemplo entre muchos es el que solemos hacer, con toda la buena intención del mundo, con los niños y los seres inanimados, es decir, con Papá Noel, los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez… y todos aquellos mitos que perduran en el tiempo. En este caso no mentimos a los niños para, posteriormente, hacerles sentir mal o, ni mucho menos, creernos superiores a ellos.
Muchos afirman que “sólo los borrachos y los niños dicen la verdad”. A pesar de esto existe un estudio realizado por la Universidad de Toronto en el que afirman que los niños mentirosos tienen mayores probabilidades de prosperar y esto se debe al tipo de sociedad en el que vivimos. Todo esto me hace pensar que la mentira se realiza conscientemente. Es un suceso que no puede ser justificado por un acto inconsciente. Anteriormente he mencionado la palabra engaño, ya que según mi criterio está relacionado con esto. En las dos se sabe la verdad y en las dos se engaña o miente a las personas.
Otra de las razones es que simplemente mentimos porque nos mienten, pero esto tampoco se puede justificar, es decir, que en realidad mentimos porque lo deseamos y queremos hacerlo. Pero ¿Por qué si sabemos que está mal mentir, lo seguimos haciendo o lo intentamos justificar? En mi opinión la respuesta a esta pregunta y a la que se incluye en el título de la disertación es, porque la sociedad nos obliga a mentir, ya que los anuncios y mucha información que nos transmiten cada día es mentira, o dicho de otra manera, no nos dicen la verdad.
Aunque también me pongo en otra situación opuesta y es, ¿Qué pasaría si todos dijeran la verdad? Realmente no sabría cómo contestar debido a que sencillamente es imposible, pero si lo podría relacionar con un dicho conocido que es “no te arrepentirás de haber callado, pero sí de haber hablado”. Esto realmente no engloba a  las mentiras que nos rodean, sino a las verdades que muchos callan y que ese silencio lo sustituyen por engaños.
En conclusión, la mentira es algo que surge del ser consciente y que la sociedad que nos rodea nos obliga, en muchas ocasiones, a hacerlo irremediablemente.