viernes, 25 de mayo de 2012

¿Por qué no damos importancia a las cosas realmente importantes?


Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir.

Estos famosos versos son de Gregorio Marañón. En ellos se expresa la idea de vivir la vida que se nos ha otorgado sin descanso. Describe que cuando hayamos encontrado la paz total, estaremos descansando y abandonando nuestra vida. En mi opinión, el sentido que tiene la vida es gracias a pequeñas cosas que nos ayudan a afrontarla. Creo que no damos importancia a las cosas realmente importantes porque esas cosas importantes, son tan pequeñas y cotidianas que no nos permiten apreciarlas. Además, también solemos creer que las cosas importantes no lo son en realidad.

Pero, ¿Qué consideramos que son aquellas pequeñas cosas? Pienso que aquello a lo que llamamos cosas importantes incluyen gestos y valores que son imprescindibles. Un claro ejemplo es la salud, cuando somos pequeños no apreciamos el vigor que tenemos y el estado de salud en el que nos encontramos, pero cuando nos hacemos mayores, notamos cómo todo ese vigor se ha transformado en debilidad. Además, esa debilidad viene acompañada de otros problemas de salud que entorpecen aún más nuestra vida.

Otra de las preguntas que me planteo es ¿Por qué le damos entonces importancia a cosas insignificantes? En mi opinión, el ser humano se debe de proponerse unas metas así como unas limitaciones, ya que eso le ayuda a equilibrarse mentalmente. Un ejemplo en relación a esta pregunta, son las personas que quieren conseguir un buen estado físico. Esta meta puede estar apoyada por factores positivos como es la contribución a mantener un buen estado de salud. Pero para cumplir esta meta hay que pagar un precio, una persona debe resignarse a practicar deporte diariamente. Una vez que lo consigue, en un principio le da mucha importancia y es constante, pero llega un momento en el que toda esa resignación va perdiendo significación.

Por otra parte pienso que puede caber la posibilidad, de que el ser humano, sea consciente de esas pequeñas cosas, pero prefiera ignorarlas. Entonces, ¿Por qué preferimos ignorar aquellas pequeñas cosas realmente importantes? Según la afirmación anterior, opino que, por ejemplo, en el caso de que una persona sufriera una enfermedad terminal, esta podría escoger la opción de ignorar todas aquellas pequeñas cosas de la vida y vivir hasta morir. Creo que la razón por la que esta persona ignoró las cosas importantes, como su renuncia a seguir luchando por la vida, es el no querer sufrir.

En cambio, si dicha persona, tomara la opción de darle importancia a las pequeñas cosas, podría vivir feliz lo que le resta de vida y cumplir aquellas pequeñas metas pendientes de realizar.

En conclusión, pienso que ignoramos aquellas pequeñas cosas por dos motivos. Uno es porque esas cosas, en ocasiones, están tan presentes en nuestras vidas, que no las podemos apreciar. Otro motivo, es porque existe una excesivo aprecio de lo material que no nos permite respetar aquellos gestos y valores que son la base de nuestra vida. Pienso que cualquier persona que se encontrara en la misma situación del enfermo terminal, debería de considerar aquellas pequeñas cosas que podrían alargar mucho más su felicidad.

martes, 22 de mayo de 2012

¿Por qué no apreciamos esas pequeñas cosas?

Existen gestos que no apreciamos y, quizás, no los hacemos porque son tan pequeños o pasan tan desapercibidos que no somos capaces de captarlos,sino todo lo contrario, no les damos importancia.

Un ejemplo muy claro, es la pérdida de un ser querido. Durante el tiempo que viven y los tratamos, existen ocasiones en las que discutimos con ellos o incluso olvidamos su fecha de cumpleaños. Esas pequeñas cosas pasan desapercibidas porque, en mi opinión, las tenemos tan asimiladas que no tenemos la capacidad para visualizarlas por completo.
Durante ese tiempo, pasamos incluso meses sin verlos, como por ejemplo a los abuelos, por causas injustificadas como la falta de tiempo para la dedicación a los estudios, pero, sin embargo, podemos permitirnos el lujo de salir durante el fin de semana. Según mi criterio, creo que un pequeño gesto como hacer una pequeña visita a los abuelos, les sacaría una pequeña pero valiosa sonrisa.

Las personas mayores, es uno de los casos más frecuentes de dejadez por parte de la sociedad. Existe un número excesivamente reducido de personas que prefieren dedicarles una parte de su tiempo, contribuyendo así a su felicidad. No somos capaces de darnos cuenta de que ellos son los pilares de la mayoría de las familias y, en cambio, en lugar de aprecialo, optamos por la opción más fácil, ingresándolos en residencias o simplemente dejar de visitarlos.


En conclusión, pienso que no existe una justificación para no apreciar las pequeñas cosas importantes. Creo que deberíamos paranos a reflexionar por un momento y tratar de corregir ese comportamiento, aunque se produzca de manera inconsciente. En mi opinión, un buen comienzo sería, por ejemplo, preocuparse más por las personas mayores a las que tenemos apartadas socialmente.

viernes, 18 de mayo de 2012

¿Qué cosas consideramos importantes?

Comencé con la pregunta directamente, pero en realidad la principal cuestión al problema que estoy desarrollando, es ¿Qué cosas considero yo importantes?

En mi opinión, pienso que le atribuimos el término importantes a las cosas pequeñas porque, en realidad, son las que nos permiten llevar la vida que deseamos y nuestro día a día. Si, por ejemplo, en alguna ocasión careciéramos de algo sumamente pequeño pero importante a lo largo del día, entonces nos daríamos cuenta de que realmente era importante.

Mencionando este ejemplo, puedo basarme en la idea de que efectivamente, nuestra vida se basa en pequeñas cosas a las que les damos forma y color, pero el problema de eso, es que queremos adornarlas de tal manera, que al final las acabamos tapando y olvidándonos de ellas.
Ya no sólo nuestro día a día, sino que toda nuestra vida se basa en esas pequeñas cosas que tenemos tan cerca de nosotros que nos ciegan.

El ser humano inconscientemente percibe como cosas importantes aquellas que le ha costado conseguir, pero no en las que se basa su vida, ya que piensa que no puede carecer de ellas.

En conclusión, pienso que las cosas verdaderamente importantes son aquellas que tenemos cerca de nosotros y que nos ciegan por completo, pero que si alguna vez las perdemos o carecemos de ellas, encontramos todo el significado que aportaban a nuestra vida.

jueves, 3 de mayo de 2012

¿Por qué no damos importancia a las pequeñas cosas verdaderamente importantes?

La razón por la que he vuelto a publicar una entrada con el mismo título, es que me he planteado dedicarle tiempo a esta pregunta y con el blog recoger una serie de ideas, con las que, posteriormente, sostendré una buena opinión y ensayo.

Nuestra vida es algo rutinaria y por lo tanto, hay cosas que hacemos de forma inconsciente y automática. Con la rutina y las costumbres que adoptamos día a día, dejamos de darle importancia a las pequeñas cosas, pero al igual que adoptamos costumbres o hábitos, también los perdemos.


Muchos niños, cuando están en la etapa de la pre-adolescencia, dejan de ir con sus padres por la calle y sólo salen con sus amigos. Podemos pensar que eso es causado por la verguenza que les generan las miradas de sus amigos o simplemente de otros chicos. Aunque, eso también afecta a los hábitos que tienen con los padres en sus casas. Un simple beso en la mejilla antes de marcharse a clase, por ejemplo, es una de las cosas que antes se pierde.

Con esto, quiero introducir que la pérdida de pequeños hábitos, no es generada únicamente por la rutina. Tras esto, yo me pregunto ¿La importancia que no le damos a las pequeñas cosas, lo hacemos nosotros mismos inconscientemente o sólo es causado por la rutina? En mi opinión, la pérdida o la adquisición de nuevas costumbres está afectado por ambas cosas. Por un lado la rutina nos hace incapaces de apreciar todos los pequeños gestos que hacemos a lo largo de un día, mientras que la maduración, hace que dejemos atrás los hábitos que llevabamos y con ello esas pequeñas cosas.

En conclusión, pienso que lo que hace a las pequeñas cosas tan pequeñas, es que se esconden tras los hábitos que llevamos. En realidad, quien hace que las cosas sean importantes somos nosotros mismos. Algunas son tan imprescindibles, que como nunca faltan, pensamos que siempre podrán estar ahí, hasta que algún día careceremos de ellas, y será entonces cuando realmente le demos la importancia que tienen.

viernes, 20 de abril de 2012

¿Por qué no damos importancia a las pequeñas cosas verdaderamente importantes?


Dicen que las pequeñas cosas marcan las diferencias, y pienso que mi punto de vista es el mismo. Cuando tenemos un día malo y todo el mundo te da igual, agradecemos enormemente que alguien se preocupe por nosotros o que simplemente las palabras las guarde y nos intente animar sin preguntarse el motivo de tu tristeza.

Pienso que nuestra vida es una monotonía y que los pequeños detalles y los pequeños gestos pueden marcar una diferencia en esa monotonía, pueden lograr que ese día sea diferente. En mi opinión el problema de esto es que no apreciamos esas pequeñas cosas, en realidad no se la razón, pero no lo hacemos. Únicamente nos preocupa cumplir los objetivos propuestos para ese mismo día y no le damos importancia a gestos que quizás nos ayudarían y con creces.  

Hace unos días observé en la tele un anuncio que captó mi atención por completo. Pensé que podría ayudarme a contestar esta pregunta mucho mejor y, aunque, puede haber alguien que no opine que guarda una relación con mi pregunta, quisiera explicar mi motivo y lo que interpreto por el anuncio que os muestro a continuación


En el video se puede observar cómo Daniel, el chico protagonista, con sus pequeños gestos hace sentir bien a muchos de los clientes o simplemente a las personas que pasan a su lado, como es el caso de la chica a la que se le caen los libros. La escritora, comienza a contemplar los pequeños gestos del joven y lo redacta poco a poco. Daniel, a la vez hacía sentir muy bien a la mujer dedicándole simplemente una sonrisa todos los días. Según mi criterio, ése es el pequeño gesto que hace que la mujer se muestre interesada por el chico y comience a redactar un libro sobre su historia.

miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Por qué tenemos miedo a encontrarnos solos?

Cuando somos aún pequeños nos encontramos en una situación de vértigo si no tenemos cerca a nuestros padres o a alguien que cuide de nosotros. Desde que nacemos nos encontramos rodeados de gente que nos cuida y nos prepara para aprender a llevar una vida lo mejor posible. En el momento que crecemos, por naturaleza, sentimos ese deseo de independencia de nuestros progenitores, ya sea, alejándonos pero conviviendo con ellos, o independizarnos completamente de ellos.


Cuando llega el momento de abandonar la vida de nuestros padres y emprender la nuestra, nos encontramos en un estado de pánico por lo desconocido. Nos sentimos indefensos y desconfiamos de todo el mundo que existe a nuestro alrededor, en conclusión, nos sentimos solos y vulnerables, aunque no aparentemos tal estado. Pero ante esto yo me pregunto ¿Por qué tenemos miedo a encontrarnos solos? En mi opinión, el miedo generado a encontrarnos solos lo generamos nosotros mismos. Podemos pensar que todo el mundo es seguro de sí mismo menos nosotros y ello genera un estado de inseguridad. Por ejemplo, cuando llega el momento en el que muchos estudiantes deben marcharse de casa y comenzar a estudiar una carrera en cualquier otro lugar, todos los estudiantes del primer año se sienten inseguros y vulnerables, comienzan a tener miedo y a sentir vértigo a la soledad. El problema de todo ello, es que todos estos estudiantes, que se encuentran en un estado de vulnerabilidad, no son conscientes de que muchos de sus compañeros se encuentran en la misma situación.
Según mi criterio, la respuesta a por qué tenemos miedo a encontrarnos solos, además de generarla nosotros, se ve predispuesta por el instinto natural que tiene el hombre a relacionarse y vivir en sociedad. La soledad provoca un estado de ansiedad que se ve afectado por la ausencia de socialización. El ser humano desde muy pequeño está acostumbrado a convivir con otros seres humanos, pero nunca solo.
Otro sentido que puede tomar esta pregunta, es el sentimental. Podemos encontrarnos, como hemos dicho anteriormente, rodeados de personas, pero en esa misma situación nos podemos encontrar muy solitarios. Con esto me refiero a una soledad sentimental en la que existe una ausencia de la persona con la que compartes sentimientos además de una vida cotidiana. Un ejemplo de ello, son los matrimonios formados por miembros en un estado de madurez y que deciden separarse. Las personas que formaban este tipo de matrimonios, tras el divorcio se sienten solas sentimentalmente y pueden llegar a sentirse solas durante su vida cotidiana.
Mi conclusión es que, tanto el miedo a la soledad como otros miedos, son generados por nosotros mismos y por la sociedad en la que vivimos. Así por ejemplo en ciudades de E.E.U.U. es habitual llevar una vida solitaria con la ausencia de compañía sentimental sin ser juzgado por la misma sociedad.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Por qué cuando crecemos nos cuesta ser más creativos?

La gran mayoría de los niños de alrededor de 6 años se hacen preguntas por todo lo que hay a su alrededor y sobre el porqué de las cosas. Cuando ocurre algo que no comprenden, no únicamente se quedan en esa pregunta, sino que siguen preguntándose más cuestiones sobre ese tema o cualquier otro.
Los niños buscan la verdad de las cosas e intentan llegar al origen de ellas mediante preguntas que realizan a personas mayores que aparentan, para ellos, saber completamente todo sobre cualquier tema. Debido a que no son conscientes muchas veces del origen de las cosas, comienzan a imaginar y a crear su propio porqué, independientemente de que sea coherente, pues, para ellos no es necesario. La razón por la que los niños crean e inventan sus propias teorías, por decirlo de algún modo, es porque en muchas ocasiones, a las personas que les preguntan no saben contestarles y responden con la frase típica de “eres un poco pesado” o “cuando seas mayor lo entenderás”.
Pienso que realmente las personas que deberían de responder a las cuestiones de los niños que, aparentemente, las podríamos calificar como inútiles o demasiado obvias. El problema es que muchas de esas cuestiones, inútiles y obvias, lo son en tal medida, que no sabríamos responder con exactitud. Por ejemplo, ¿Por qué tengo miedo? A esta pregunta responderíamos, porque estas asustado, pero los niños volverían a preguntar ¿Por qué estoy asustado?
Los niños cuando crecen, dejan de hacerse esas preguntas porque empiezan a comprender un poco más el mundo que les rodea gracias a la ciencia, pero ¿Qué ocurre con esas preguntas que la ciencia no puede responder? Pienso que estamos tan convencidos de que si algo no es demostrado, no puede ser cierto, pero ¿Todo se puede demostrar?
Según mi criterio, deberíamos replantearnos estas preguntas y buscar una respuesta por nosotros mismos que no esté regida por la necesidad de una demostración, sino por una contestación a lo que nos preguntamos. La imaginación de los niños cruza unas fronteras que para las personas mayores están demasiado implantadas. Uno de los problemas que tiene que una persona mayor imagine y cree, es que el resto de personas, lo juzgarían como un hecho de inventar que no cumple ningún requisito lógico.
En mi opinión, las personas mayores, con un cierto grado de conocimiento, deberían de traspasar las fronteras que limitan la imaginación y tratar de realizar un esfuerzo para responder preguntas sin seguir ningún criterio lógico ni que se pueda demostrar. Opino que de esta manera, podríamos buscar respuestas a preguntas que no serían posibles con otros requisitos.