“Ninguna pérdida debe sernos más sensible que la del tiempo, puesto que es irreparable”. El tiempo no puede ser recuperado y nuestras lamentaciones serían tardías si eso sucediera, al igual que también sería tarde para el aprendizaje de ciertas cosas. Pero, en realidad, ¿gastar tiempo en aprender es desperdiciarlo? Según la R.A.E., el tiempo perdido es: “el que transcurre sin hacer nada provechoso o sin obtener ningún adelanto en la cosa de que se trata”.
En mi opinión, el tiempo que se emplea en aprender, en absoluto, es desperdiciado, ya que sin un aprendizaje no podríamos ni tan solo sobrevivir. Aprender, implica desarrollar la mente, además de adquirir el conocimiento de algo y, a continuación, ponerlo en práctica.
A lo largo de nuestra vida aprendemos cosas que, por alguna razón, estamos bastante convencidos de su inutilidad. Esto nos lleva a pensar que hemos gastado ese tiempo en aprender, pero ¿por qué atribuimos el matiz “gastar el tiempo” cuando aprendemos cosas que no nos interesan? El tiempo no se puede acumular ni guardar en un baúl, sino que se gasta constantemente. En ese caso, no hemos desperdiciado ese tiempo; es más, lo hemos invertido en algo que en un futuro nos podría ser útil.
Anteriormente hemos utilizado el matiz “gastar el tiempo”; sin embargo, en el momento en el que realizamos tareas que nos complacen solemos decir que “se ha pasado el tiempo muy rápido”.
Otra de las cuestiones que me hago es ¿por qué asociamos el concepto del aprendizaje exclusivamente con el colegio o instituto? Pienso que el hecho de asistir desde tan pequeños a clase, nos hace asociar el aprendizaje al periodo de infancia y adolescencia; a la vez que también al lugar donde pasamos buena parte de ese tiempo. Sin embargo, este concepto es mucho más amplio ya que el ser humano no para de aprender día a día. Muchos padres no explican cosas a sus hijos y se excusan con “ya te lo enseñarán en el colegio…” Lógicamente no aprendemos sólo en el colegio cinco días a la semana, sino que lo hacemos diariamente. Como es el simple hecho de aprender a manejar un DVD.
Si seguiríamos con esta idea llegaríamos a preguntarnos si de verdad perdemos el tiempo diariamente, y en mi opinión no es así. Con lo cual, es imposible no aprender nada porque lo hacemos inconscientemente. De hecho, estamos aprendiendo constantemente (nuestro cerebro responde a estímulos).
En conclusión, gastar el tiempo en aprender cosas, independientemente de que nos puedan servir o no en el futuro, no es desperdiciar el tiempo; sino invertirlo en desarrollar la mente. El acto del desarrollo de la mente, a la vez, encadena junto a la supervivencia del ser humano, por lo tanto, se realiza de manera involuntaria. Nunca podremos malgastar el tiempo en aprender porque sencillamente no podríamos saber lo que es perder el tiempo sin haberlo aprendido anteriormente.